Cirugía
La cirugía es uno de los principales tratamientos para el cáncer de tiroides. El tipo de operación dependerá del tamaño del tumor y del estado general de salud.
Cirugía para extirpar la glándula tiroides
- Hemitiroidectomía o lobectomía
Se extirpa la mitad de la glándula tiroides. Se puede sugerir una operación posterior para eliminar toda la glándula tiroides. - Tiroidectomía total
Se extirpa toda la glándula tiroides.
Cirugía para extirpar los ganglios linfáticos
Se pueden extirpar los ganglios linfáticos de la parte delantera o frontal y lateral del cuello, para:
- Extirpar los ganglios cancerosos
- Reducir el riesgo de que el cáncer regrese
EFECTOS SECUNDARIOS DE LA CIRUGÍA
Hormonas tiroideas
Si se ha extirpado toda la glándula tiroides, el cuerpo no producirá hormonas tiroideas. Tendrá que reemplazarlas tomando pastillas durante el resto de su vida.
En el caso de una lobectomía también es posible que necesite tomarlas.
Voz ronca
La glándula tiroides se encuentra cerca de los nervios que controlan las cuerdas vocales. En algunos casos estos nervios pueden ser dañados durante la cirugía, provocando una voz ronca y débil.
Este problema suele ser temporal, pero en algunos casos puede llegar a ser permanente.
Cambio en los niveles de calcio
Existe un pequeño riesgo de que la cirugía para extirpar la glándula tiroides pueda dañar la glándula paratiroides. Está formada por cuatro pequeñas glándulas, que se encuentran detrás de la tiroides y, producen hormona paratiroidea, que ayuda a controlar el nivel de calcio en sangre.
Si las glándulas paratiroides están dañadas, puede bajar el nivel de calcio en sangre (hipoparatiroidismo). Esto puede causar:
- Hormigueo en pies y manos, o alrededor de la boca
- Movimientos musculares inusuales, como sacudidas, espasmos o calambres musculares
El nivel de calcio en sangre será revisado tras la operación. Si los niveles bajan, se administrará calcio en forma de comprimidos o intravenosa. Los niveles serán comprobados periódicamente.